Por: Rafael Navarro Barrón
Su panza es boluda, firme y se nota más cuando utiliza camisetas. Tiene un bocho eléctrico, clásico, que su esposa, Rosalinda Bueso le regaló cuando era secretario de Relaciones Exteriores. El automóvil fue adaptado en Monterrey por técnicos mexicanos.
El propio precandidato morenista a la presidencia de la república conduce el vehículo que tiene el sistema estándar; “es una chulada”, dice Marcelo Ebrard, mientras su cónyuge le toma video para subirlo a Instagram y a Tic Toc.
Es el primer día de una precampaña que por un juego absurdo y tramposo de palabras, le llaman algo así como la elección del “coordinador de defensa de la 4T”. Sin el mayor sonrojo, esta casta morenista juega muy bien el juego de pasarse de lanza, de listos…o como diría Paquita la del Barrio en la canción ‘Romeo y su Nieta’, “ahora si te pasaste de veras…”
El ‘canciller de la muerte’ y su esposa Rosalinda procrearon dos hijas, aún pequeñas, pues la relación con la educada mujer que fue su compañera de trabajo, tiene pocos años.
Rosy -como la llama Marcelo- se fue metiendo poco a poco a la vida del político que, algún día, abrazó los colores del PRI, luego los del PRD-PT y ahora es un ferviente adorador de Morena. Su ahora esposa confiesa que Marcelo, en su papel de funcionario, tenía ocurrencias que alteraban la vida de cualquiera de los subalternos. Citaba a juntas a las 7:30 de la mañana y el funcionario “era muy puntual”.
Así fue como Marcelo se fijó en ella, por una “llegada tarde”, confiesa Rosy. Ese día preguntó que quién era la mujer que no había atendido la hora de llegada. Luego vino una invitación a comer y de allí una relación que ya lleva varios años.
Ebrard es el típico ‘chilango’. Es un político que estudia los espacios, sabe cómo hablar, cómo meterse a la audiencia joven; seduce con facilidad a sus interlocutores adultos. Tiene la ventaja de hablar inglés y francés. Es amigo del ex presidente de
Uruguay, José Mujica y es muy bien visto por un sector del gobierno de los Estados Unidos.
En sus muchas trivialidades que expresa, dice que Tic Toc es una de sus redes sociales favoritas, pero en realidad sus videos dan pena ajena. Quizá lo sepa, quizá no, pero cuando salta a la escena, con una versión muy penosa de chilango mamón, asemeja un chavoruco que baila torpemente y parece imitar el ‘gallinazo’ de Mario Bezares.
Ya, en la seriedad de las preguntas, cuando Jorge Ramos, el periodista incómodo de Univisión, le pregunta que si es millonario, Marcelo Ebrard se hace pendejo. Como que no entiende bien el cuestionamiento. ¿Rico yo?, se pregunta y trata de explicar lo que es imposible en un político de su talla y cinismo.
Mueve la cabeza como si estuviera dando un no, pero todo obedece a un extraño tic que el ex secretario tiene. Converge en el cinismo de la mayoría de los políticos mexicanos que se embarran las manos del erario público y luego se justifican porque ahora están purificados por la religión que fundó el beato AMLO, la ‘santa iglesia de Morena’.
Ebrard dice tener una vida ‘normal’, pero pocos le creen. De hecho no hay un solo mexicano que crea en la pobreza franciscana del ex canciller ni de ninguno de los morenistas, pero nos hacemos pendejos; en el fondo estamos muy convencidos de que son igual de ladrones que los neoliberales y más mentirosos que los farsantes priistas del pasado y del presente.
No es un asunto de pobres y ricos. Eso todo mundo lo sabe. Un anciano cansado y enfermo de 65 años o más, no se hará rico, ni saldrá de la mendicidad en la que vive con 4 mil 800 pesos bimensuales. No hay una lógica matemática, pero Morena promueve el onanismo social, mientras los pobres extremos esperan cada 60 días una pírrica y miserable pensión que constitucionalmente les corresponde.
La pobreza su se acabará, por la prosperidad de la santa iglesia Morena porque son fieles devotos a su santo patrono. Porque la genuflexión los enorgullece. Diría Teto Murguía de ‘otros’ fanáticos, “esos cabrones están empinados, les están haciendo cariños con el dedito y todavía se ríen”. (El que tenga oídos para oír, escuche).
Morena, como tal, no es un mal partido. El problema es la estúpida idea de tienen algunos de sus miembros que creen y predican que al registrarse en ese remedo de iglesia terrenal reciben el bautismo purificador que los hace inmunes a cualquier tipo perversión política.
Las guerras sociales del presidente de México son de sobra aplaudidas y más cuando pone en su lugar a la oligarquía mexicana, a los corruptos empresarios y a los dueños de medios de comunicación que han vendido su silencio a los gobiernos del pasado. Yo lo aplaudo, me siento representado.
El problema del presidente AMLO es su ciega defensa a los corruptos de Morena, que reciben una canonización fast track utilizando los poderes del canon de la santa iglesia Morena, que tiene una ‘biblia’ parecida al ‘Libro Negro’.
Para exorcizar a la bola de pillos del pasado, ahora arropados en el partido guinda, hay que utilizar la letanía, obra de su líder moral. La frase ayuda para que los demonios se alebresten y salgan de esos cuerpos corruptos. Los personajes ‘bautizados’ en las aguas del redentor de Macuspana no aguantan el ritual canónico: “en el nombre de la patria y de la nación, de los santos Gregorio, Ambrosio, Jerónimo, Agustín, Martín, Antonio, Benito, ‘santa’ Beatriz, san Pio y el beato de beatos, Andrés rogamos para que los corruptos sean liberados y vivan bajo la gracia del poder que da el pueblo bueno bajo la premisa santa de no robar, no mentir, no traicionar…” “Te conjuro a que en nombre de los pobres no se te ocurra, nunca más, robar, mentir y traicionar…” “en el nombre del chamán mayor de Palacio, te invoco, ohhh demonio que atormenta a los morenos y te conmino a no robar, no mentir, no traicionar”.
Y en esa tesitura entra perfectamente el nombre del bocho eléctrico…el ‘canciller muerte’, el que convoca a que el mexicano no debe de vivir en “un estado de limitaciones (morales)”.
El panza de bola, sostiene que la iglesia (cualquiera que sea) o el gobierno, no debe imponer decisiones sobre nuestra vida personal. Ebrard está muy contento porque cuando fue Secretario de Relaciones Exteriores aprobó el pasaporte binario que es un respeto a la libertad de las personas lésbicogay”, en las que cree y defiende.
Primero los perros y los gatos, primero la defensa de los animales…pobrecitos, hay que amarlos; nunca la defensa de los niños y niñas que no han nacido, a ellos hay que matarlos en un acto de “libertad”, señala el canciller muerte.
Marcelo acepta ‘limpias’ que retiran los ‘malos espíritus’. Los chamanes lo siguen, lo exhortan y lo guían con prácticas abiertas de brujería. Acuden a él y con mazos de schinus molle, le pasan las ramas olorosas por todo el cuerpo para alejar los malos aires y que nada sea obstáculo para llegar a la presidencia de la república.
Y allí está, el de la panza de globo, el canciller muerte, aceptando plenamente que lo rocen con el pirul, con hojas de Santa María, con Ruda y Romero. La limpia debe de ser permanente al igual que el grito de sus seguidores que encabrona a #EsClaudia: “¡Piso Parejo!, ¡Piso Parejo!”.
El precandidato Ebrard, al igual que el ‘Changoleón Legislativo’, el advenedizo, el entenado Fernández Noroña, saben que las campanas suenan a favor de la única mujer en contienda, por eso hay que acudir a los brujos, a la brujería, a lo que sea para estar en la pelea.
La decisión está tomada. Se sabe que Ebrard tiene un ‘plan b’ para la presidencia de México. Si no llega a la candidatura oficial con las siglas de Morena, la puerta está abierta para aceptar que Movimiento Ciudadano lo lance al ruedo. Pero en este momento hay que gritar fuerte que “¡Yo de Morena no me voy nunca!”.
Por eso, el día de la tierra, #CancillerMuerte acudió a la Pirámide del Sol, en Teotihuacán. Fue a cargar energía para “hacer frente a lo que venga”.
Marcelo Luis Ebrard Casaubón se siente orgulloso de haber introducido la norma Interrupción Legal del Embarazo en la Ciudad de México, cuando fue jefe de gobierno capitalino. El político morenista se considera un patriota al constituirse como el asesino intelectual de 256 mil 265 no nacidos, porque al matar a los bebés indefensos “evitó la muerte de las madres”.
Más que obvio es que el ‘canciller muerte’ quiere ser presidente de México. Se presenta en el país como parte del ala progresista, como una opción válida para suceder al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Nos dice retrógradas a los que nos oponemos al aborto. Para él es el tiempo de las lesbianas y los ¡ehhhhhh putos!; es el momento en que México, a como dé lugar, debe de ser una meca de las aberraciones morales.
Ese es Marcelo Ebrard, el que introdujo el aborto en México cuando fue jefe del Gobierno de la Ciudad de México y ahora nos vuela con la idea de que es la mejor opción para el gobierno mexicano.
Con todas las letras lo puedo decir: Marcelo Ebrard es un buen candidato, pero un pésimo ser humano. Y para efectos de la defensa de la vida, preferimos a personas que aman a Dios, que aman la vida y aman la familia.
Tiene algo que decir. Escríbame al WhatsApp (656) 8554494.