Vivir El Paso

Es Claudia; MORENA enfrenta división

Por:  Alejandro Borja

Chihuahua, Chih., a 7 de septiembre del 2023.- Sin sorpresas terminó la jornada electoral interna de MORENA, ganó Claudia Sheinbaum y antes de iniciar el conteo Marcelo Ebrard, salió a declarar a los medios que solicitaba la reposición del proceso por las múltiples inconsistencias, que dice haber detectado desde que se levantaba la encuesta. El partido en el poder va a la elección presidencial del 2024, con fuerza territorial, muchos recursos y con una advertencia del ex canciller: “no nos vamos a quedar callados”.

Lo único seguro para el próximo sexenio, es que una mujer gobernara el país por primera vez en la historia. Claudia Sheinbaum, con todo el apoyo del partido aplanadora en que se ha convertido en sólo unos cuantos años MORENA. La poderosa maquinaria electoral del oficialismo enfrentará a la carismática Xóchitl Gálvez, cuyas posibilidades reales de triunfo se podrán medir en 4 ó 5 meses…en el arranque Claudia va enfrente.

Los alcances de la advertencia de Ebrard están por verse, pero es fácil imaginar que en La Mañanera de hoy, López Obrador lo descalifica o lo ignora y le reconoce su derecho a inconformarse, pero en las democracias se gana o se pierde y Marcelo perdió, es fácil adelantarse a la narrativa presidencial, no cambia es única y se repite cotidianamente.

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Los números

Claudia Sheinbaum ganó con un 39% de las preferencias, reiteramos, arranca como clara favorita y con la promesa básica de prolongar y consolidar lo que López Obrador ha llamado la Cuarta Transformación. Marcelo se llevó el 25.6% de las preferencias electorales; Gerardo Fernández Noroña quedó tercero con un 12%; Adán Augusto cuarto con el 10 por ciento y en quinto lugar empatados, Ricardo Monreal y Manuel Velasco, con un 6%. Así los números fríos. Es de destacar el tercer lugar de Fernández Noroña, por ser el que menos recursos tuvo y aplicó en las precampañas.

La oposición extraviada los últimos cinco años, tiempo de múltiples derrotas y escasos triunfos electorales; todavía sin claridad hasta hace unos noventa días, va a la contienda por la presidencia de la República, con otra mujer, Xóchitl Gálvez, quien le ha devuelto los ánimos a los partidos tradicionales coaligados en un Frente Amplio por México.

En las elecciones del 2024, las más grandes en la historia de México, en donde están en juego miles de posiciones de elección popular. No son como lo plantea Andrés Manuel López Obrador en su atril matutino: una lucha de la izquierda contra la derecha, o conservadores, como prefiere llamarlos, muy al estilo del siglo XIX. No, es una lucha por el poder entre dos polos, por un lado los amlistas y enfrente el antiamlismo. A juzgar por el discurso diario polarizador del presidente, es el escenario que él mismo planeó. No es asunto ideológico, es una lucha entre los que deifican a López Obrador y quienes lo demonizan.

El factor Ebrard

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El proceso se ha visto empañado por la reacción airada de Marcelo Ebrard, quien en explosivas declaraciones anunció que no estaría presente en el momento en que se anunciara a quien ganará, insiste en las irregularidades, que por otra parte empezó a denunciar por lo menos hace un par de semanas. La encuesta principal y las cuatro encuestas espejo, dan resultados similares, según se declaró oficialmente.

Hasta el momento han sido ignoradas por los organizadores del proceso, las denuncias de Marcelo, sin embargo en diversas partes del país, los apoyadores locales están citando a rueda de prensa para hoy por la mañana. Sin embargo, los planes de López Obrador siguen, antes del día 10 entregará el “bastón de mando” a Claudia y el domingo próximo en la Tercera Plenaria Nacional de MORENA, se dará formalidad al triunfo de Sheinbaum Pardo.

Ebrard Casaubón, en repetidas ocasiones ha dicho que no abandonara MORENA, ya que, sobre todo los analistas afines al oficialismo, insisten en que se irá de candidato de Movimiento Ciudadano. En realidad es una incógnita el futuro político del ex canciller, ya que entre sus declaraciones de ayer, hubo un “no aceptare premios de consolación”.

Para contrarrestar la posición de Marcelo, Alfonso Durazo y 22 gobernadores más proclaman que fue un proceso democrático e incuestionable, tratando de acallar los gritos de los seguidores de Ebrard, quienes desde un hotel cercano gritaban “Fraude”.

Tal y como los morenistas salieron a decir que la elección de Xóchitl era una farsa, Alito Moreno dirigente nacional del PRI aprovechó y rápido habló de un proceso “tramposo, violento y fraudulento, un circo y una farsa (…) son incapaces e ineptos, no pueden llevar un proceso interno en paz. No tienen calidad moral para hablar en nombre del pueblo, cuando ni a sus propios militantes respetan”.

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Bueno, así estuvo la larga tarde del miércoles…y apenas empieza la fiesta de la democracia.

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